La necesidad de agrupar en una maleta todo lo necesario suscita no pocas reflexiones acerca de qué cosas son importantes y qué otras no lo son. Vamos acumulando tantos objetos a lo largo de la vida que, a veces, llegamos a pensar que son necesarios y que no podemos vivir sin ellos. Cuando llega un momento como el de ahora compruebo algo que ya intuía pero que en estas circunstancias se hace más evidente que nunca: hay dos clases de equipaje: el de lo que tenemos y el de lo que somos. Entre lo que tenemos van: algunas prendas de vestir, esos objetos tecnológicos que nos sirven, entre otras cosas, para mantener el contacto con los que dejamos atrás y tomar imágenes de lo que vemos, algo de dinero, artículos de aseo, medicamentos (que me recuerdan lo vulnerables que podemos ser), documentación,...y no mucho más.
Pero en el equipaje de lo que somos la lista es mucho más larga; no llena nuestra maleta pero ocupa un lugar muy importante en nuestro corazón, en nuestro cerebro, en nuestra alma y también ¡como no! a nuestras espaldas.
¿Qué me llevo yo? La respuesta es compleja: llevo mezclados en distintas proporciones ilusiones, miedos, esperanza, nervios, serenidad, precaución, incertidumbre, generosidad, añoranza, entusiasmo, cautela, expectación, valentía, creencias, ideales, escepticismo, convicciones, dudas, optimismo, alegría, tristeza,...
¿Qué me llevo yo? La respuesta es compleja: llevo mezclados en distintas proporciones ilusiones, miedos, esperanza, nervios, serenidad, precaución, incertidumbre, generosidad, añoranza, entusiasmo, cautela, expectación, valentía, creencias, ideales, escepticismo, convicciones, dudas, optimismo, alegría, tristeza,...
Al mirar hacia adelante no puedo (ni quiero) evitar ver lo que queda tras de mí: mis hijos, mis padres, mis seres queridos, mis alumnos y amigos (que tanto y tanto cariño me habéis dado estos días). Pero vosotros también formáis parte de mi equipaje y venís conmigo en busca de mis sueños que serán también vuestros a través de este cuaderno de bitácora moderno donde podréis comprobar que viajo con la voluntad de ayudar y la necesidad de ser ayudada.