miércoles, 25 de septiembre de 2013

De vuelta a casa

Después de estos casi tres meses (salí de Linares el día 2 de julio y he vuelto el 20 de septiembre), el regreso fue algo difícil de describir y de entender.
 El vuelo hacia el Este es extraño. Salimos a las once de la mañana de Lima y empezamos a volar en dirección al sol aunque pronto nos cruzamos con él y cada uno siguió su camino: él hacia el oeste y nosotros en dirección contraria, lo que hizo que ese día fuera el más corto del año. Antes del anochecer, con la frente pegada al cristal de la ventanilla pude admirar durante un gran trecho una impresionante extensión de la selva amazónica y allí estaba, como protagonista indiscutible, el Río.
 Desde mi posición en el avión descendí hasta sus aguas y navegué por él. Vi amaneceres y puestas de sol; recorrí en barca los manglares; lancé mi caña para pescar pirañas; admiré nenúfares gigantes; escuché los sonidos de la selva en un paseo nocturno; nadé entre los delfines rosas; revoloteé alegremente por la superficie acompañando a las luciérnagas, y me elevé para ver sus impresionantes dimensiones en el encuentro de las aguas donde el río Negro se une al Solimoes y ambos forman definitivamente el gran Amazonas.
Mientras tanto, el avión seguía imparable su curso, así que volví a mi posición. Rápidamente empezó a anochecer y entonces todo fue oscuridad en el exterior. En ese momento cerré los ojos y mis pensamientos volvieron hacia todo lo que iba dejando atrás.
Hacia el colegio de Urcos, sus alumnos y sus profesores; hacia el bullicio del mercado dominical. Imaginé que aquellos novios, tan circunspectos el día de su boda, tal vez a estas alturas ya serían capaces de esbozar alguna sonrisa. Volví a la comunidad de Pfinay, y me senté en la capilla junto a aquellos ancianos arropados con sus viejas y gastadas mantas para combatir el frío mientras sus pies iban casi descalzos. Estuve en Urpay, donde aquellos niños disfrutaban tanto bailando con sus trajes coloridos. En los autobuses, tan sobrecargados de viajeros, que tenían que aferrarse a cualquier parte con sus manos castigadas para no caerse en las curvas y originar una caída en cadena. Recordé la grandeza impresionante de Machu Picchu, con su fascinante historia de conocimientos y curiosidad científica. Estuve con los indolentes habitantes de las islas de los Uros, meciéndome suavemente en sus casas flotantes. Aborrecí a dirigentes que controlan el voto y asfixian la vida de los campesinos. Cogí de la mano mujeres que te hablan sin dejar de mirar a sus pies mientras lo hacen. Sentí el afecto de los niños que me abrazan y se cuelgan a mi cuello como a una tabla de salvación. Caminé detrás de los hombres que con su arado al hombro se dirigen con toda la familia a intentar sacar de la Pachamama una pobre cosecha de papas. Vi  los que beben alcohol y cerveza sin medida y el frío y la muerte los encuentran dormidos en la plaza del pueblo. Lloré por ancianos que aparecen muertos en las orillas del río, sin que apenas se les hubiera echado de menos; por las personas que un día desaparecieron y no vuelven a ser vistas,....
Todos estos pensamientos y muchos más que ni siquiera se han asomado por este blog se movían -y se mueven- en mi cabeza como un torbellino que necesita irse deteniendo poco a poco para que cada uno se pose y pase a ocupar el lugar que le corresponde.

Mi hermano Jesús junto a Juanjo y Elena me esperaban en el aeropuerto, devolviéndome con sus abrazos a mi realidad, a mi espacio y a mi vida.

La llegada a Linares y a mi casa fue extraña como decía al principio, pues tuve la fuerte sensación de que nunca había salido de aquí,...como si todo hubiera sido un breve sueño.



Y el reencuentro con los que habéis seguido este blog, los abrazos de mis padres, mis tíos, de Arturo, María, Mayte, Teresa, Lina, Mati, Sacra, Araceli, Ana, Pilar, Marina, Luisa María, Sofía, Mari Loli, Toñi, Juani, Lucía, Cecilia,...... han sido emocionantes y tan reconfortantes que me han hecho sentir muy feliz y afortunada por estar de nuevo aquí.

Casi todos me habéis pedido que finalice este blog con algo definitivo, pero lamento decepcionaros.
No habrá cierre, ni broche de oro. No podemos cerrar esta puerta mientras Roger, Ruth, Analy, Celia, Sonia, Inmasumac, John, Rosabel, Diego, Flor, Zenobia,......y muchos como ellos necesiten ir a un comedor para alimentarse y mantener sus esperanzas de poder un día crecer, aprender, vivir con ilusión y con dignidad....
 .......Y para tener la oportunidad de cumplir sus propios sueños.


                                              Aún nos quedan muchos peldaños por construir

6 comentarios:

  1. bonito,este es el me arranco unas lagrimitas...................que por otra parte no sirven de nada............. mientras que la dignidad del seres humano se sigan pisoteando,,,,,es hora de crear conciencia social ver la realidad de frente,plantar cara a las injusticias y los gobiernos corruptos tu nos as demostrado ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡QUE SI SE PUEDE¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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  2. Hola......que bien escribes,eres una estupenda comunicadora.que bonito todo.......
    No no puedes finalizar aqui este blog tienes que seguir construyendo peldaños y nosotras contigo
    subiendolos.ME ALEGRO QUE ESTES AQUI.

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  3. Naturalmente que el blog no debes cerrarlo. Mientras sigan en ti esas ganas de luchar y hacer algo, no!!!. Aunque sólo sea porque alguna conciencia se despertará con tu testimonio, ya merece la pena. Un abrazo.

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  4. Que emotiva despedida y cuantas sensaciones, ahora sólo falta vernos en persona para darnos ese abrazo que tantas ganas tengo, como siempre te digo eres única..(aunque se que no te gusta que te lo diga) así lo pienso. No cambies nunca.... Y por supuesto sigue subiendo peldaños y nosotros contigo .... Mil besos!!!!!!!!!

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  5. Hola Josefina,me alegro que estés de nuevo en casa,y aunque te pareció cuando llegaste ,como si no hubieses salido nunca, que habías tenido un sueño,fue un sueño pero hecho realidad,junto con este blogspot que todos los que te hemos seguido hemos quedado maravillados,As demostrado tener mucha voluntad por hacer el bien.Espero verte pronto, mientras tanto te mando un muy fuerte abrazo y besos.

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  6. No hubieras querido estar en ninguna otra parte en ese momento,ni cambiar aquella brisa por el aire de Europa. Es como si el mundo te llamara,como si, de pronto, la inmensidad del planeta te suplicara que lo recorrieras, no volver a encerrarse en el mezquino corrillo de zancadillas,ambiciones y pequeñas envidias que es el circulo que nos rodea........wellcome to secarral....Mati

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